En una cata de vinos, tras la fase visual, pasamos a la fase olfativa y es en este momento en el que todos ponemos a funcionar nuestra pituitaria para poder identificar los aromas que nacen de la copa de vino. Esta fase de la cata de vino es de suma importancia ya que posteriormente contribuye a mejorar la apreciación de la fase gustativa, debido a que el olfato y el gusto están conectados entre sí.
Para muchas personas la fase olfativa puede tener algunas dificultades, en concreto la gente que no está entrenada o acostumbrada a estudiar aromas de vinos. Todo esto es cuestión de práctica, paciencia y tiempo. Solo tienes que acercar tu nariz a la copa, cerrar los ojos y respirar.
¿Eres capaz de identificar alguno de los aromas que salen de tu copa de vino?
Empieza a entrenar tu memoria olfativa y piensa que recuerdos te provocan los olores que se desprenden del vino. A continuación, te vamos a ayudar a que la fase olfativa te resulte lo más sencilla posible con esta guía sobre los aromas del vino.
Aromas del vino
Con la fase olfativa, logramos obtener información muy relevante sobre el vino que estamos catando, debido a que podremos recopilar diferentes datos que nos ayudarán a conocer mejor algunas características del vino, nos surgirán ideas para posibles maridajes, y además nos daremos cuenta si el vino se encuentra en mal estado.
Previamente al comienzo de la fase olfativa del vino, es de gran importancia saber que existen diferentes tipos de aromas en el vino, estos dependen del momento en el que se hayan originado. Nos podemos encontrar con los diferentes tipos de aromas:
Aromas primarios
Los aromas primarios son los que provienen de la uva con la que se ha elaborado el vino. Así que están ligados de manera directa con la variedad o variedades de uva que han sido escogidas para la elaboración del vino, además de la variedad, también dependerá de la madurez de las uvas escogidas…
Estos son los primeros aromas que van a aparecer cuando acercamos la nariz a nuestra copa de vino.
Lo más conveniente para identificar estos aromas es inclinar la copa unos 45º (ya que de esta forma aumenta la superficie del vino que está en contacto con el aire).
En esta categoría de aromas primarios, podemos encontrar los siguientes:
- Frutales: los aromas que nacen del vino nos provocan recuerdos a frutas. Estos aromas pueden ser a cítricos, frutos rojos, pera, manzana, maracuyá y otras frutas exóticas, albaricoque, melocotón, etc.
- Florales: el vino desprenderá un aroma con notas que recuerdan a los olores de las flores. Por ejemplo, violeta, rosa, jazmín, azahar, lila, acacia, etc.
- Minerales: con estos aromas nos referimos a los provenientes del terroir en el que se ha cultivado la cepa. Nos pueden surgir aromas a sílex, yodo, grafito, nafta, tiza, etc.
- Vegetales: Aquí podemos encontrar aromas que nos recuerden a hinojo, heno, tomillo, menta, café, trufa, pimiento verde, laurel, tomillo, anís, hojarasca, etc.
Aromas secundarios
Estos aromas son los que desarrollan a lo largo del proceso de fermentación alcohólica o maloláctica del vino. Para que sea más sencillo apreciarlos, es recomendable agitar la copa lentamente con movimientos circulares, ya que de esta manera se intensifican los aromas del vino gracias a que se intercambian los fluidos que se encuentran entre el interior de la copa y la superficie.
Dentro de esta categoría de aromas, podemos distinguir:
- Fermentación:Estos aromas son los derivados de la fermentación alcohólica. Surgen aromas que nos provocan recuerdos a corteza y miga de pan, bizcocho, levadura, bollería, galleta, etc.
- Lácticos: Son aromas provenientes de la fermentación maloláctica. Por ejemplo, aromas a leche, queso fresco, yogur, mantequilla, etc.
- Amílicos: laca de uñas, barniz, plátano, caramelo, etc.
Aromas terciarios
Son los que nacen de la fase de envejecimiento del vino. Para identificarlos con mayor precisión, también es conveniente agitar la copa (aunque con mayor intensidad) con movimientos circulares contrarios a las agujas del reloj.
Estos aromas terciarios también son conocidos como bouquet, y aparecen únicamente en vinos que son sometidos a un proceso de crianza y envejecimiento. Por ello, se puede decir que los vinos jóvenes carecen de bouquet.
Entre estos aromas terciarios encontramos los siguientes:
- Madera: pino, cedro, madera, roble, balsámicos, tostados, incienso, etc.
- Empireumáticos: cuero, avellanas y almendras tostadas, café, pan especiado, cacao, etc.
- Especiados: ahumados, pimienta, canela, coco, clavo, vainilla, nuez moscada, laurel, etc.
En resumen, la mejor manera de estimular tu olfato en relación con el vino es probando diferentes tipos de vinos, de denominaciones de origen y crianzas variadas, de esta manera lograrás aumentar tu catálogo de aromas y conseguirás conocer mejor los vinos que cates a partir de ahora. ¿Te atreves a descubrir todos los aromas de tu próxima copa de vino?